Pamplona, capital de Navarra, es famosa por los encierros de San Fermín en julio, donde corredores desafían a los toros en sus calles. Además, es una parada clave en el Camino de Santiago y cuenta con un rico patrimonio gótico, como la iglesia fortificada de San Nicolás.
Recorrer el casco antiguo de Pamplona es sumergirse en siglos de historia entre calles adoquinadas y edificios emblemáticos. Un buen punto de partida es la Plaza del Castillo, centro neurálgico de la ciudad y escenario de sus grandes celebraciones. Allí, puedes disfrutar de un café en sus terrazas antes de seguir hacia la majestuosa Catedral de Santa María la Real. Este impresionante templo gótico destaca por sus vidrieras y retablos, una joya arquitectónica que merece una visita. Pamplona es historia viva en cada rincón.
Descubre una joya arquitectónica con siglos de historia: esta iglesia-fortaleza, iniciada en el siglo XII, fusiona estilos de distintas épocas, reflejando su evolución en cada detalle. Su imponente fachada sur muestra cuerpos longitudinales con diversos vanos: ventanas rectangulares, arcos de medio punto y arcos apuntados. Un majestuoso portal, enmarcado por un arco apuntado y protegido por una reja, invita a admirar su esplendor. En su estructura destaca un óculo, acompañado de elegantes vanos superiores, mientras que una cruz corona la edificación. Su torre cuadrada con remate piramidal refuerza su esencia defensiva y su carácter monumental.
La Plaza del Castillo, epicentro de Pamplona, combina historia y encanto con su arquitectura del siglo XVIII, incluyendo el Palacio de Navarra y el icónico kiosco central. Inspirada por Hemingway, alberga lugares emblemáticos como el Hotel La Perla y el Café Iruña. Conectada con las calles más famosas del casco antiguo, es un punto de encuentro lleno de vida. Perfecta para visitar en cualquier momento del día, esta plaza captura la esencia de la ciudad y ofrece una experiencia inolvidable para turistas y locales. ¡Descubre su magia!
Recorrer las murallas de Pamplona es una experiencia imprescindible para disfrutar de vistas panorámicas y descubrir su legado histórico. El recorrido puede comenzar en la Ciudadela, accediendo a las murallas por la Puerta del Socorro o la Puerta del Camino, ambas con escaleras que llevan al paseo amurallado. La ruta finaliza en el Puente de Santa Engracia, que conecta con el parque Taconera, un lugar ideal para relajarse entre jardines o seguir explorando la ciudad. Un paseo que combina historia, naturaleza y vistas inigualables.
Los Sanfermines, celebrados en julio, son el evento más icónico de Pamplona, transformando la ciudad en un mar de blanco y rojo en honor a San Fermín, patrón de Navarra. Para los más pequeños, en septiembre se celebra el San Fermín Txikito, con pasacalles, cabezudos y música. Si buscas alternativas, Pamplona ofrece eventos como la Feria Medieval, que revive su pasado con un mercado tradicional, o la festividad de San Blas, el 3 de febrero, con procesiones y actividades culturales.
Símbolo de la ciudad, la Plaza de Toros alberga el Centro Temático del Encierro y los Sanfermines, un espacio ideal para conocer esta festividad fuera de temporada. Abierta al público, también acoge exposiciones de interés. Cerca del coso se encuentra el busto de Ernest Hemingway, quien inmortalizó los Sanfermines en su novela Fiesta. Su vínculo con Pamplona convirtió la plaza en un punto de referencia para los amantes de la literatura y la cultura taurina.
Construida entre los siglos XIV y XV sobre un antiguo templo románico, la Catedral de Santa María la Real combina una fachada neoclásica con un impresionante interior gótico. En su interior destacan el sepulcro de Carlos III y su esposa, un claustro gótico de gran valor y el museo diocesano. A las 11:15, es posible subir a la torre de la campana María y disfrutar de vistas únicas de Pamplona. La entrada cuesta 5 euros y el horario varía según la temporada.
El emblemático Café Iruña, famoso por haber sido el rincón favorito de Hemingway mientras escribía Fiesta, es una visita imprescindible en Pamplona. A pocos pasos, el Gran Hotel La Perla conserva la habitación donde el escritor se alojaba en sus últimos viajes, manteniendo su decoración original. Si está disponible, es posible visitarla. Tanto el café como el hotel forman parte de la historia literaria de la ciudad, ofreciendo un viaje en el tiempo a través de sus ambientes únicos.
Si buscas un respiro en plena naturaleza, Pamplona ofrece rincones ideales. El Parque Yamaguchi, con su diseño japonés, cautiva con estanques y esculturas que evocan la cultura nipona. Para los amantes de la historia, los Jardines de la Taconera, el parque más antiguo de la ciudad, combinan naturaleza y legado cultural. Si prefieres un ambiente romántico, el Parque de la Media Luna, con sus jardines impecables y vistas serenas, es perfecto para un paseo inolvidable. Cualquiera de estos espacios ofrece una pausa verde en el corazón de la ciudad.
Pamplona ofrece una exquisita variedad de pintxos, destacando el foie de pato a la plancha con reducción de Pedro Ximénez. También son populares las cazuelitas de bacalao al ajo arriero y las pochas a la navarra, así como los clásicos pimientos del piquillo rellenos de bacalao, gambas o mariscos. Entre los más apreciados están los “aperitivos de bechamel”, donde esta cremosa salsa acompaña hongos, huevos, mejillones o quesos. No faltan los tradicionales fritos, como buñuelos y croquetas con rellenos innovadores, que convierten cada bocado en una auténtica experiencia gastronómica.
Foto cortesía de barcelo.com
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